La Batalla de Trafalgar

La Batalla de Trafalgar fue una batalla naval entre la flota británica y las flotas combinadas de Francia y España el 21 de octubre de 1805, cerca del cabo Trafalgar, en la costa atlántica de España.
A comienzos del siglo XIX, Napoleón Bonaparte buscaba establecer su dominio sobre Europa. Sus planes incluían una invasión del Reino Unido, pero para lograrlo debía primero derrotar a la Armada Real Británica. Francia se alió con España y formó una poderosa flota bajo el mando del almirante Pierre-Charles Villeneuve.
La flota británica, comandada por el almirante Horatio Nelson, estaba compuesta por 27 barcos, mientras que la flota franco-española contaba con 33. Durante la batalla, Nelson empleó una estrategia audaz e innovadora: atacó al enemigo en dos columnas, atravesando su línea de formación. Esta maniobra permitió dividir y destruir a la flota enemiga.
Durante el combate, el almirante Nelson fue herido de muerte, pero los británicos lograron una victoria completa, destruyendo o capturando 22 barcos enemigos sin perder ninguno propio.
Tras la Batalla de Trafalgar, Napoleón abandonó definitivamente sus planes de invadir Gran Bretaña. La Armada Real Británica siguió siendo la fuerza naval dominante durante décadas, y el Reino Unido mantuvo su estatus como la principal potencia marítima del mundo.
La victoria en Trafalgar no solo salvó a Gran Bretaña de una posible invasión, sino que también sentó las bases de su dominio sobre los mares durante el siglo XIX. Es considerada una de las mayores hazañas de la historia militar y un momento decisivo que marcó el destino de Europa.
P.D. Más información sobre la batalla en el enlace - «Batalla de Trafalgar».